A pesar de que la convergencia económica de los estados que forman parte de la Unión Europea ha completado hitos tan importantes como la creación de la unión económica y monetaria o la adopción del euro, aún quedan bastantes pasos para culminar el proceso de integración.
Uno de ellos es el que afecta a los pagos efectuados con tarjeta, mediante transferencia o domiciliación bancaria, que hasta el 2008 funcionaban todavía de forma fragmentada. En 2012, la Unión Europea decidió poner en marcha el ambicioso proceso de estandarización de dichos pagos, la normativa SEPA (siglas del inglés: Single Euro Payments Area). La última prórroga para su cumplimiento de esta normativa por parte de empresas e instituciones es el próximo 1 de febrero de 2016.
Pero, ¿qué es la normativa SEPA?
La normativa SEPA es un mandato que se aplica a la zona única de pagos en euros, que inició su andadura tras la aprobación de la Directiva 2007/64/CE (sobre servicios de pago en el mercado interior) por parte de la Comisión Europea.
Esta zona está integrada por 33 países –los 28 que forman la Eurozona, más Islandia, Liechtenstein, Mónaco, Noruega y Suiza– y el objetivo de la normativa es armonizar la legislación europea de pagos, eliminar las barreras legales que obstaculizan la existencia de un área única y extender una mayor protección a sus usuarios.
Los 500 millones de consumidores que ya se benefician de entrada en vigor del mandato SEPA pueden realizar pagos con tarjetas de débito y de crédito, transferencias bancarias y adeudos domiciliados más baratos, eficientes y rápidos entre países de la UE. Ello es debido a que se han equiparado las condiciones básicas, derechos y obligaciones de un pago internacional con los de uno realizado dentro de las fronteras de un mismo país.
Según un estudio a cargo de PWC1, la normativa SEPA permite a todas las partes implicadas en esa zona única (consumidores, empresas, bancos…) ahorrar 21.900 millones de euros al año, y ha reducido en 9 millones el número de cuentas bancarias en los países que la integran.
La normativa SEPA, reto y oportunidad para las empresas
Los 20 millones de empresas que operan en Europa también disfrutan de esas ventajas en sus pagos –de hecho, se calcula que se han ahorrado 13.200 millones de euros–, pero también hacen frente a grandes cambios cuando ejercen de acreedores.
Algunos de esos cambios son oportunidades –por ejemplo, la posibilidad de consolidar sus procesos de pago a través de una única plataforma común para toda la zona SEPA–, pero otros implican nuevas obligaciones, tanto para adaptarse a la nueva ley –un proceso que ha de completarse el 1 de febrero de 2016– como para regirse por ella de ahora en adelante.
Así, las empresas que todavía no se han adaptado a la normativa SEPA han de notificar a los clientes que pagan sus servicios mediante domiciliación bancaria el cambio normativo, y solicitarles una serie de nuevos datos –en especial el IBAN, el nuevo estándar en la identificación de cuentas bancarias que reemplaza al CCC en nuestro país– y una autorización firmada.
Y, para aquellas que ya operan bajo la normativa SEPA, se establece la obligación de solicitar el consentimiento firmado del deudor a cualquier operación de adeudo mediante un mandato SEPA y la de custodiar ese mandato.
DiggiHub Mandatos con Signaturit, la solución perfecta para cumplir con el reglamento SEPA
La rapidez en la creación automática del mandato y la obtención del mandato firmado, la posibilidad de almacenarlo en un archivo documental eliminando la gestión del papel y el acceso de forma eficiente en cualquier momento y en cualquier lugar, es una de las claves para que la normativa SEPA sea una oportunidad y no un contratiempo para las empresas, tanto en su fase de adaptación a la normativa –todavía en curso para muchas compañías–, como en la fase que se iniciará en el momento en que ley de servicios de pago SEPA sea la única válida en el contexto de la UE, a partir de febrero de 2016.
El portal de negocios DiggiHub y Signaturit se han unido para ofrecer la solución adecuada mediante la cual es posible la creación automática de los mandatos SEPA así como la obtención de la firma de forma rápida y sencilla, desde cualquier dispositivo y cumpliendo estrictamente con la legislación de esa zona única y del conjunto de la UE.
Al ser una solución cloud, ofrece la posibilidad de almacenar todos los mandatos SEPA en la nube, y acceder a ellos en cualquier momento y lugar. De este modo, las empresas pueden iniciar su camino hacia el objetivo de convertirse en empresas paperless sin invertir en nueva infraestructura. La solución propuesta por TBS y Signaturit es por tanto una oportunidad para digitalizar una parte importante de la actividad de muchas empresas, que tienen en Europa su mercado natural y que suelen cobrar a sus clientes mediante domiciliación bancaria (instrumento que bajo la normativa SEPA ha pasado a llamarse adeudo domiciliado).